¿Por qué nos movemos?
Habitantes de Los Ángeles llegan custodiados al hipódromo de Santa Anita en California antes de ser llevados a los campos del interior, 1942. Foto por Clem Albers/Courtesy of National Archives, photo no. 537040
Estas instrucciones de la Orden de Exclusión Civil fueron distribuidas y publicadas en Este de Los Ángeles. Informaron a los japoneses-estadounidenses cómo prepararse para su expulsión de la zona y lo que podían llevar consigo. Japanese American National Museum (Gift of Naomi Suenaka, 97.57.7)
Mapa con la ubicación de los campamentos en todo el país. National Museum of American History, Smithsonian Institution (Division of Political and Military History)
Historias de los cruces – Este de Los Ángeles
Cuando los Estados Unidos entraron en la Segunda Guerra Mundial, 110,000 estadounidenses de origen japonés, entre los que se encontraban muchos habitantes de Este de Los Ángeles, fueron detenidos y encarcelados en campos del interior. Ciudadanos estadounidenses y sus familiares encarcelados sin el debido proceso. La histeria de los tiempos de guerra y los prejuicios raciales provocaron el desarraigo de comunidades enteras.
Campo Amache, Colorado, hacia 1942. Foto por Tom Parker/War Relocation Authority
El 9 de abril de 1942, el periódico estudiantil compartió un homenaje a los compañeros japoneses-estadounidenses que se iban. También informó sobre los esfuerzos de las familias japonesas-estadounidenses por vender los bienes del grupo familiar. Courtesy of Theodore Roosevelt Senior High School
FLIPBOOK: ¿Cómo fue la experiencia de ser forzado a abandonar su hogar?
Explore el siguiente folioscopio (o flipbook) para descubrir cómo era la vida de los estudiantes de secundaria japoneses-estadounidenses de Este de Los Ángeles que fueron encarcelados en campos de todo el país.
Abandonar el hogar
La escuela Theodore Roosevelt Senior High School, situada en el vecindario de Boyle Heights, en Este de Los Ángeles, perdió un tercio de su alumnado durante la Segunda Guerra Mundial. Los jóvenes dejaban la escuela para alistarse en el ejército. Todos los estudiantes estadounidenses de origen japonés fueron trasladados a la fuerza con sus familias y encarcelados en campos.
Álbum de recortes de Mollie Wilson
Durante la Segunda Guerra Mundial, Mollie Wilson, estudiante de secundaria de Este de Los Ángeles, se mantuvo en contacto con sus amigos japoneses-estadounidenses, que estaban encarcelados en campos de todo el país.
Explore las fotos y las cartas que le enviaron.
LEFT: Mollie Wilson(con chaleco) con su amiga Mary Murakami, Mary Murakami(arriba a la derecha) y Fujiko Murakami(abajo a la derecha). Japanese American National Museum (Gift of Mollie Wilson Murphy, 2000.378.2)
RIGHT: Foto del anuario de Mollie Wilson Japanese. American National Museum (Gift of Mollie Wilson Murphy)
Mantener el contacto
Mollie Wilson, estudiante de último año de la escuela secundaria Roosevelt, envió paquetes de atención y cartas a docenas de sus amigos japoneses-estadounidenses.
Mary Murakami Japanese American National Museum (Gift of Mollie Wilson Murphy, 2000.378.2)
No hay lugar como el hogar
Mary Murakami envió una carta a Mollie en cuanto su familia se instaló en sus barracas del campo de Poston en Parker, Arizona. Describe el viaje, su llegada, la falta de privacidad en las letrinas y el calor abrasador del desierto.
“…no hay lugar como el hogar. Te das cuenta del valor de todas las cosas que dejas atrás. Incluyendo el baño. Lavamos todo a mano, ¡es mucho trabajo! Todo está embarrado. Incluso mi cabello está embarrado… Y mi cara está toda quemada por el sol”.
—Mary Murakami
Sandie Saito envió a Mollie Wilson esta foto firmada, usando el suéter con las letras de la escuela. Japanese American National Museum (Gift of Mollie Wilson Murphy)
Prisioneros de guerra
La amiga de Mollie, Sandie Saito, envió una carta en la que describía el confinamiento inicial de su familia en un “centro de reunión” en el hipódromo de Santa Anita, al noreste de Los Ángeles. Después de unos meses, Sandie y su familia fueron trasladados al campo de Granada (también conocido como Amache) en Colorado.
“¡Aquí también se ponen estrictos! Nunca te dejan llevar una barra de caramelo. Los soldados se lo llevan. Cuando alguien viene a visitarte a la puerta tienes que hablar muy alto porque no te dejan acercarte… Seguro que piensan que somos prisioneros de guerra”.
—Sandie Saito
Arte del sobre de June Yoshigai de una carta que envió a Mollie Wilson mientras la familia de June estaba encarcelada en el campo de Gila River en Arizona. Japanese American National Museum (Gift of Mollie Wilson Murphy, 2000.378.16A)
“Dispersos por todo Estados Unidos”
Aunque no se les permitía regresar a la Costa Oeste, los estudiantes japoneses-estadounidenses que cumplían requisitos específicos podían salir de los campos para trabajar o asistir a la escuela. En 1944, tras instalarse en Ohio para ir a la escuela, Sandie Saito envió a Mollie el paradero de sus amigos del vecindario, que ahora estaban “dispersos por los Estados Unidos”. Después de la guerra, Sandie se quedó con Mollie hasta que su familia pudo restablecer un hogar en Los Ángeles.
“No sé cómo resultarán las cosas”
June Yoshigai escribió a Mollie una carta llena de términos en japonés en enero de 1945, después de que la Costa Oeste comenzara a permitir el regreso de los japoneses-estadounidenses. June y su familia habían sido encarcelados en el campo de Gila River, en Arizona. Escribió esta carta desde Illinois, donde asistía a la universidad.
“La Costa Oeste está ahora ‘abierta’ a nosotros; todo resulta muy extraño. La verdad, Molly, no sé cómo resultarán las cosas. Con el tiempo, supongo, volveremos a Los Ángeles, pero estoy ‘planeando’ quedarme aquí por un tiempo… Aquí, en Illinois, las oportunidades son mucho mejores, hay más puestos de trabajo disponibles (en la actualidad, al menos), la gente, en general, parece ser poco prejuiciosa y de mente amplia”.
—June Yoshigai
Amistades duraderas
Tras la Segunda Guerra Mundial, algunos de los amigos de Mollie regresaron a Los Ángeles. Otros reanudaron su vida en otro lugar. Mollie se graduó en la Universidad de California en Los Ángeles, se convirtió en profesora de español y formó su propia familia. Siguió siendo amiga de sus compañeros de clase japoneses-estadounidenses mucho después de la Segunda Guerra Mundial.
Refugiados sirios e iraquíes llegan a Lesbos (Grecia) desde Turquía. Los que llegan a la isla suelen huir de la pobreza y la violencia y se enfrentan a un futuro incierto. Foto por Ggia via Creative Commons
Voluntarios guían una embarcación de refugiados hasta la orilla en Lesbos, Grecia. Foto por Malcolm P Chapman/Shutterstock.com
Historias de los cruces – Mediterráneo
La isla griega de Lesbos está a solo seis millas de la costa turca. En los últimos años, ha sido destino de cientos de miles de refugiados y solicitantes de asilo procedentes de zonas de Oriente Medio, Asia y África devastadas por los conflictos. La isla ha sido testigo de dramáticas llegadas, desgarradoras muertes en el mar y una afluencia masiva de ayuda humanitaria.